¿Donde quieres pasar tu eternidad?

Antes de que respondas te diré.

La biblia me enseña que hay dos caminos que conducen a la eternidad; pero solo uno que...
conduce a la vida eterna.

1-El Camino Ancho.

San Mateo 7:13 dice:

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta; y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

Cuando vivimos una vida alejada de la voluntad de Dios, automáticamente estamos caminando por el camino ancho y espacioso, eso se debe, a que en nuestras espaldas cargamos multitud de pecados que requieren espacio, por lo grandes y pesados que son.

Otros pecados se han ocultado tan profundamente en el corazón, que hasta los hemos olvidado, pero esto no quiere decir que pesen menos.

Muchas almas que han transitado por años por este camino espacioso, no han podido con el peso de sus cargas y han muerto en el camino, sin esperanza y sin Dios.

En ese camino ancho, hay un sinfín de cosas que sirven de distracción para que no podamos ver con claridad el error de nuestro caminar, inclusive, las mismas cargas que nos agobian, hacen que nuestros ojos cansados y tristes no se percaten de la pequeña y angosta puerta que nos conduce a la vida.

2-El Camino Angosto.

San Mateo 7:14 dice:

…porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la halla.

Tal vez te preguntaras, ¿porque el camino a la vida es angosto?

Hay una razón para eso.

Dios es santo y la vida que él nos ofrece es en toda santidad, nada inmundo o pecaminoso debe, ni podrá entrar a esa vida plena que él nos quiere dar.

Levíticos 20:26 dice:

Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos.

Jesús quiere que la humanidad entera tenga vida eterna juntamente con él, pero como ya te diste cuenta, el camino a esa vida plena y eterna que Jesús nos ofrece, es angosto, no podremos pasar por el, a menos que nos despojemos de nuestras cargas.

Algunas personas están tan atadas a sus cargas porque quizás las traen consigo desde que son niños, que  por esa razón se les hace muy  difícil soltarlas.

Intentan tomar atajos, camuflarlas y asta esconderlas, pero la palabra de Dios dice:

San Lucas 12:2

Porque  nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.

 Dios nos conoce, él  sabe lo que somos y no podemos engañarlo por muy hábiles que creamos ser.

Jeremías 17:9 y 10 dice:

Engañoso es el corazón más que todas las cosas; y perverso; ¿quién lo conocerá?

Yo Jehová que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Jesús quiere y puede ayudarnos con nuestras cargas.

San Mateo 11:28 dice:

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Solo tenemos que  ser sinceros, estar arrepentidos de todo lo malo que pudiésemos haber hecho en nuestra vida pasada, acercarnos a él en obediencia, con verdad en nuestro corazón, decirle que tome nuestras cargas, cualquiera que estas sean.

Y procurar vivir una vida agradable ante el sin recurrir nunca más a los pecados del pasado.

San Juan 14:4 dice:

Y sabéis a donde voy, y sabéis el camino.

Ahora ya debes saber hacia donde ir y cual es el mejor camino a seguir.

San Juan 14:6 dice:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al padre sino por mí.

Hay dos caminos, pero solo uno es el correcto,  al final, solo tu decides cual tomar.

¿Dónde quieres pasar tu eternidad?

"No esperes a que sea demasiado tarde y decide ya"