2
Timoteo 3: 16-17
Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto , enteramente preparado para toda buena obra.
Al leer y
escudriñar la palabra de Dios, nos
beneficiamos personal e individualmente, porque a través de ella no solo nos preparamos como dice la escritura, sino también encontramos
consuelo y sabiduría para enfrentar las dificultades.
Pero para que
la Biblia, la palabra de Dios comience a ser de bendición en mi vida,
primeramente yo tengo que haber creído en Dios y creer lo que él dice en su
palabra , de lo contrario esta se convierte en un libro mas que sin uso solo
termina llena de polvo en un rincón.
Hebreos
11:6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
En la Biblia encontramos muchas hermosas promesas para
aquellos que aman a Dios, y como creemos en cada palabra que aquí esta escrita,
nuestra esperanza es que al amar a Dios recibiremos cada una de ellas a su
tiempo.
No podemos aceptar lo que la palabra nos dice si
primero no creemos que todo lo que ella
nos dice es verdad.
Al decir esto, surge una pregunta...
¿Que es la fe y como ella me ayuda a creer que lo que la Biblia me dice es verdad?
Hebreos
11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Como la misma palabra lo dice, es la certeza de aquello que no podemos ver con nuestros ojos físicos, por lo que solo podremos ver con ojos espirituales.
Primeramente debo creer que lo que me dice la biblia es verdad, esto lo logro por medio de la fe, visualizando en el espíritu lo que no se ve como si se viera.
¿Cómo se
adquiere la fe?
Romanos
10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Para adquirir esa fe que necesitamos es necesario que
comencemos a leer la Biblia o
escucharla y esto lo logramos cuando comenzamos a congregarnos en alguna iglesia donde la doctrina que se imparta, sea la verdadera doctrina de Jesucristo.
Al comenzar a leer la biblia, no importa si muchas cosas que en ella encontramos no entendemos al momento,
con el tiempo y por su misericordia Dios empezara a darnos espíritu de
sabiduría y discernimiento para comprender cual es su voluntad a través de su
palabra.
Así que debemos creer a Dios y a su palabra para poder
ver su gloria.
Romanos
10:11
Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Cuando entendemos este concepto y poco a poco
profundizamos en la palabra, viene ahora si la acción que acompaña a la fe.
Santiago
1:22
¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
Esto quiere decir que no basta solo con leer la biblia o
escucharla, sino también hay que practicarla, pero para que esto suceda, entra
en juego un factor importante el cual es la obediencia, debemos poner en
práctica cada una de las ordenanzas en ella escritas, ya que por medio de ellas
es que podremos ver un cambio positivo en nuestro diario vivir.
Santiago
2:17
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en si misma.
No basta solo con creer, es necesario que pongamos en
práctica lo que leemos y aprendemos ya
que en la misma palabra de Dios encontramos lo siguiente:
Santiago
2:19
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Esta comparación nos enseña que aunque tanto los
demonios como los humanos creemos, lo único que marca la diferencia entre ellos
y nosotros es la obediencia, pues ellos por su naturaleza pecadora no practican
la santidad, ni las buenas obras que Dios quiere que hagamos como corresponde a
personas nacidas de nuevo.
En su palabra Dios nos pide serle obedientes y es
haciendo su voluntad que podemos demostrar obediencia, fe y amor por él.
Deuteronomio
28:1
Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
La palabra de Dios es como un gran manual en el cual
podemos encontrar consejos útiles para nuestro vivir y de cómo llevar una vida
agradable ante él, sabiendo que el recompensará nuestro esfuerzo por obedecerle, así de como poder ser de bendición para aquellas personas
que aun no han tenido un encuentro personal con él.
Uno de los mandatos que encontramos en ella es el de
anunciar el evangelio.
San
Marcos: 16:15
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
No solamente debemos oír y leer su palabra, también es
nuestro deber anunciarla y hacerla llegar a los lugares remotos con el fin de
expandir las buenas nuevas de salvación a la humanidad.
Los apóstoles nos recuerdan este mandato de Jesucristo
y nos instan a predicar las palabras de Jesús.
2
Timoteo 4:1-2
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Es necesario dar a conocer las palabras de Dios , pero no solamente
hablarlas por hablar , es importante mantenerse siempre en la santa doctrina de
Jesucristo, ya que actualmente muchos engañadores están utilizando las mismas
palabras para engañar a la humanidad y llevarla por camino equivocado.
(Testo
para reforzar) Tito 2:1-15
Como conocedores de la verdad, es nuestra obligación cumplir con la palabra y predicar
en todo tiempo y lugar no solamente con nuestra boca, sino también con nuestras
acciones para testimonio a aquellos que nos
rodean; ya que sabemos que Jesucristo dio su vida no solo por nosotros,
sino por toda la humanidad y solo aquellos que le creen y lo aceptan reciben
las promesas escritas en su santa palabra.
Si no predicamos la palabra estaríamos cometiendo una
injusticia, porque estaríamos privando a las personas de conocer la verdad que
los puede hacer libres y de paso le estaríamos dejando el terreno a personas
inescrupulosas que usan el evangelio para pervertirlo y sacar beneficio propio
sin temor de Dios y aprovecharse así de las debilidades de quienes los
escuchan, y esto cabe decir que no agrada a Dios.
Romanos
10:14
¿Como pues invocarán a aquel en el cual no han creído, ? y cómo creerán en aquel de quien no han oído?¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?
Todos necesitamos de la palabra de Dios y por lo tanto
no debemos hacer acepción de personas.
Es nuestro deber llevar el evangelio.
Deuteronomio
31: 11-12
Cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.
Dios nos manda a que enseñemos su palabra a todas las
edades. Para que las conozcan, las aprendan y las pongan por obra; pero muchas
veces los niños y a los ancianitos son menospreciados y esto no debe ser así pues
Jesucristo vino por todos, por lo tanto debemos dar a conocer su palabra a cada
ser humano y Dios se encargara de
glorificarse en aquellos que estén dispuestos a recibirle.
Como hemos visto, es un deber de todo creyente convertido anunciar la palabra de Dios, porque esto no solo cumple con el propósito por el cual hemos sido llamados, sino también nos beneficia espiritualmente pues se nos será contado como justicia.
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